miércoles, 22 de noviembre de 2006

Reflexiones sobre la primera entrevista en el Centro de Educación Inicial.

Reflexiones sobre la primera entrevista en el Centro de Educación Inicial.
Algunas similitudes con la técnica de observación de bebés.

Psic. Silvana Vignale


Quisiera reflexionar acerca del valor de la primera entrevista en el marco del Centro de Educación Inicial y poder pensarla dentro de los conceptos de narratividad y receptividad psíquica, entrecruzando técnica y teoría con los aportes de distintos autores de la primera infancia.
Esta entrevista reviste características específicas que me hacen posible asemejarla a la técnica de observación de bebés de E. Bick: por un lado, la entrevista no es demandada por los padres; por otro lado, en la mayoría de los casos trabajamos sobre una presunción de normalidad y por último, debemos poner especial atención tanto en la capacidad de recibir los contenidos que los padres despliegan como en sus resistencias a contar la historia de sus hijos.


¿Qué pasa antes de la entrevista?

Me parece importante destacar ciertos puntos que se dan previo a la entrevista porque todo ello configura un escenario especial.

· Los padres son informados cuando inscriben a su hijo que habrá una entrevista con la psicóloga del Jardín y que el motivo de la misma es que ellos nos brinden información sobre sus hijos para acompañar el desarrollo de ellos durante este recorrido en el Jardín.
· Los padres me conocen antes de la entrevista porque estoy presente en la primera reunión de padres que se realiza al comienzo del año. Además me ven en los salones de clase o a la entrada o a la salida, ya que deliberadamente estoy en lo cotidiano de la jornada tanto en el período de integración como también durante el año.
· La necesidad de la entrevista no nace de los padres sino que surge de la Institución, por lo cual no hay desde el lado de ellos un motivo de consulta.
· La vulnerabilidad de los padres, especialmente de la madre es un aspecto muy importante y que no puede dejar de revestir una especial atención. Este período de integración al Jardín me inclinaría a pensarlo como un período de vulnerabilidad potenciada. ¿Por qué vulnerabilidad potenciada? Porque creo que hay tres circunstancias desestabilizadoras de la economía afectiva de la familia que se dan conjuntamente y que cada una tiene características propias:
La angustia de separación del hijo y de los padres. Pensemos que es la primera separación del hogar lo cual pone en evidencia una gama de afectos diversos y a veces muy complejos y difíciles de asimilar que ya han sido descritos por distintos autores.
Las nuevas relaciones que va instaurando el niño con las maestras, lo cual muchas veces genera celos, rivalidades y confusión en los padres porque su hijo es capaz de vincularse de una manera que ellos no conocían ni imaginaban. Golse subraya que “cada vez que un adulto se ocupa de un bebe, se instaura entre los dos un estilo interactivo eminentemente específico de esta díada”.(Golse, 2005)
Las vivencias del post-parto de la madre, que según Cramer se extienden por dos años después del nacimiento, estarían presentes cuando los niños ingresan al Jardín antes de esa edad.


¿Qué pasa en la entrevista?

La finalidad de la entrevista es conocer la dinámica del niño y sus vínculos familiares; no tiene un fin terapéutico en sí.

· Priorizo el hecho de que sean los padres quienes me cuentan sobre su hijo, que sean ellos los transmisores de un saber que le es propio y que lo van a transmitir a su tiempo Que sean ellos quienes entregan la narración, así como entregan a sus hijos por unas horas al Jardín.

· Busco que la primera vez que vean a la psicóloga no sea porque existan dificultades; por el contrario, busco generar un vínculo donde sean ellos los protagonistas y que se de un clima en la relación que tienda a que se sientan cómodos, distendidos y que aparezca el placer de contar.

· Generalmente es, en este encuentro, que los padres por primera vez relatan la historia de su hijo desde el nacimiento hasta el presente a una persona ajena a la familia y que no va a emitir una opinión al respecto. Así, se abre la posibilidad de historizar el vínculo, teniendo en cuenta los tiempos de los padres y su disponibilidad afectiva. Dando valor a la narratividad “como fuerza de inscripción y de unión que permite historizar las relaciones de una persona” (Golse, 2005). La narratividad tiene una función fortalecedora “gracias a la creación de lazos, pero esos lazos tienen en sí mismos una función representacional que abre el proceso del surgimiento de lo nuevo y lo inédito”. (Golse, 2005)

· Unido a lo anterior estaría la función de testigo. En ocasiones, pienso que una de las labores del terapeuta es dar testimonio de la vida del otro ya que los pacientes comparten con nosotros los momentos y las relaciones realmente importantes. Creo que, en cierta forma, los padres podrían encontrar en esta entrevista a una persona que comience a dar testimonio de su vida como padres.

Para ello intento generar desde el comienzo de la entrevista un clima de disponibilidad, de empatía como instrumento para sintonizar con los padres, como dice Lebovici para co-sentir; no sólo con las palabras sino también a través de un clima corporal, sensorial, gestual.


¿Qué recursos técnicos utilizo?

Como ya lo sabemos quienes trabajamos en esto, buscar las estrategias más adecuadas y que más resuenen con nuestra manera de ser es uno de los aspectos más difíciles en la práctica profesional.
Voy a describir lo que en la actualidad es para mí el instrumento que me brinda mayores resultados, que ha pasado por distintos senderos y que hoy sigo en un camino de búsqueda ya que probablemente no será el definitivo.

· Generalmente, la entrevista inicial se realiza a partir de la primera quincena de clase. Esto me permite un cierto conocimiento previo de algunas características del niño y de su estilo vincular ya sea por mis observaciones en forma directa como por la información que me brindan las maestras.

· Al entrar los padres al escritorio, les pregunto ¿Cómo están? para crear familiaridad, para mostrarles mi interés por ellos. Si otros hijos vinieron al Jardín, les pregunto por ellos, demostrándoles que tengo presente a su familia.

· Luego pregunto por lo actual, por el período de integración ¿cómo vieron la adaptación? ¿pensaban que iba a ser así, más fácil o más difícil? Con estas preguntas habilito la posibilidad de que me hablen de la adaptación y de las posibles dificultades de separación o de problemas con el Jardín.
Hace unos años que comienzo la entrevista de esta forma. Antes hacía una pregunta abierta similar a la que uno hace en la consulta y muchas veces los padres quedaban como descolocados, contestaban poca cosa y costaba que se explayaran. Pensando sobre este hecho fue que decidí empezar la entrevista hablando de lo actual, del aquí y ahora, que es sobre lo que los padres más necesitan hablar y que no levanta tantas resistencias.
Si luego de estos primeros intercambios despliegan el relato, sigo su hilo conductor. Si no, voy haciendo otras preguntas concretas pero amplias tales como ¿cómo es su día? ¿cómo es la dinámica de la casa? ¿con qué se entretiene? Y con gestos y comentarios voy acompañando su narración mostrando que comparto lo que me están contando.

· En algunos momentos de la entrevista, cuando siento que los padres esperan que diga algo, que esperan recibir algo o que dudan de que yo ubique quien es su hijo, les comento una pequeña anécdota sobre algo que él haya hecho o dicho en el Jardín, reforzando así la seguridad de que conozco al niño, de que sé de quien estamos hablando.
Esta sensación de que su hijo es uno más y de que no está individualizado es más corriente de lo que pensamos y especialmente en las madres, quienes lo muestran de distintas maneras, ya sea en forma enmascarada como ser haciendo chistes o en forma directa como una madre que me encaró y me dijo “Dale, que los vas a conocer a todos, te fuiste a fijar recién quién era el mío”.

· Procuro formular las preguntas de manera que se vivan lo menos superyoicamente posible a fin de que estén dirigidas a abrir un campo afectivo. Mis preguntas o verbalizaciones apuntan a ayudar a reconstruir una historia; intento salir del lugar de la psicóloga que los va a juzgar, que va a decir si son buenos padres o no. Es así que hago comentarios del estilo “cuando somos padres todo es más difícil de lo que parecía”, o en ocasiones introduzco la ambivalencia al decir “de la teoría a la práctica hay un gran trecho” o “a las 8 de la noche a todos nos falta la paciencia”, como poniéndome en el lugar de ellos.
Siguiendo este estilo de intervención, cuando quiero hacer algunas preguntas concretas para obtener información relevante, las hago introduciendo la posibilidad: en vez de preguntar a la madre “¿le diste de mamar?” le pregunto “¿le pudiste dar de mamar?” o en el caso del juego compartido pregunto “¿tienen algún ratito en que puedan jugar con él?”. Cuando hablo de posibilidad estoy pensando en posibilidad afectiva, en disponibilidad emocional de los padres y he visto que si se pregunta de esta manera los padres pueden contar con mayor franqueza sus experiencias.
Si el tema del embarazo no surge espontáneamente y debo preguntar por ello, utilizo la anticipación y la pregunta abierta porque digo: “Bueno, yendo un poquito para atrás, ¿el embarazo cómo lo pasaste? Con lo cual las madres “eligen” de que van a hablar primero, si de los aspectos físicos del mismo (“nació a las 38 semanas” o “el embarazo estuvo controlado”, etc) o de los aspectos psicológicos (“estuvo bárbaro yo estaba super contenta” o “la pasé horrible no terminaba de hacerme a la idea de que estaba embarazada”, etc.)

· Un punto importante en la entrevista es el reforzamiento de lo positivo de los padres, buscando narcisizarlos con comentarios como “Uds. son los que más lo conocen” que además reflejan lo que realmente pienso. Creo que las intervenciones que apuntan a fortalecer el narcisismo de los padres son indispensables para aliviar la angustia paranoide ya que en esta etapa aparecen otros adultos (maestras y psicóloga), que cuidan y observan a sus hijos.
“El profesional debe estar deliberadamente del lado de la madre y del padre”, dice R. Debray (Debray, 1999) en cuanto al narcisismo en caso de desordenes somáticos. Yo lo pienso en relación a este período de integración que es igualmente vulnerable.

Al final, como cerrando la entrevista, pregunto si hay algo más que no hayamos comentado, algo que les parezca importante que sepamos en el Jardín. Y en ese momento, en ocasiones, aparece la verdadera preocupación de los padres.

Por último, les agradezco que hayan venido a la entrevista y les comento que me encuentro disponible por cualquier consulta que quieran realizar en el transcurso del año.

Utilizando estos recursos técnicos procuro generar una transferencia positiva que es muy necesaria en los procesos cortos de consulta terapéutica o en futuras entrevistas de derivación.
Con esta entrevista tengo una idea de cómo es el niño, cómo son sus papás, qué tipo de funcionamiento prima en el niño y en el vínculo y cuáles pueden ser las vías de posibles abordajes. Empiezo a manejar hipótesis que se van a ir corroborando o refutando a lo largo del desarrollo del niño.


¿Qué pasa después de la entrevista?

Debemos considerar repercusiones a distintos niveles.

· Después de la entrevista queda abierto un canal para que podamos tener otras, tanto si son demandadas por los padres como si la Institución lo cree pertinente. Este primer encuentro es como abrir una puerta a la existencia de lo psicológico en el desarrollo del niño y no solamente a lo físico o pedagógico.

· El análisis posterior de los afectos contratransferenciales que se dan en esta primera entrevista es un instrumento muy importante en el quehacer profesional del trabajo en el Jardín. Esta información me ayuda a la hora de pensar en las estrategias a seguir con cada familia en particular.

· Este primer encuentro con los padres, donde “se procura una disponibilidad tranquila que favorezca el discurso de los padres” (Debray, 1999) y un reforzamiento de lo positivo, logra posteriormente que haya demanda por parte de los padres de consultas psicológicas en el Jardín y que tengamos un alto número de aceptación y eficacia en las derivaciones, si bien algunas debemos trabajarlas en el correr de un año y a veces más tiempo para lograr que se lleven a cabo.

· Algunos aspectos de la información recogida durante las entrevista es transmitida a las maestras a fin de brindar un conocimiento que pueda serles útil en su quehacer cotidiano. En ocasiones, esta información sirve para que ellas entiendan desde otra perspectiva la conducta del niño, que empiecen a encontrarle un significado más allá del manifiesto y con ello empiecen a verlo y a relacionarse de otra manera, tanto con los niños como con los padres, especialmente en los casos de niños difíciles. Siguiendo el concepto de Lebovici que habla de cambio en la representación de hijo, yo hablaría que en estos intercambios con las docentes a veces se da un cambio en la representación de alumno.

· En estas reuniones periódicas con el equipo técnico-docente, si es necesario, pensamos posibles estrategias de intervención, teniendo en cuenta las características vinculares de los padres y el tipo de relacionamiento con la Institución. Es ahí que el concepto de implicación afectiva del cual habla Konicheckis cobra especial relevancia. “La implicación afectiva se encuentra en la capacidad que puede tener el equipo de acoger lo que los padres le hacen sentir. La noción de implicación afectiva de los profesionales concierne justamente al trabajo que el equipo es capaz de efectuar a fin de modificar este investimiento afectivo del cual es objeto de parte de los padres”.(Konicheckis, 1999)


Algunas dificultades en este camino…

Es importante desmitificar la idealización de sincronías en la entrevista ya que hay ajustes permanentes en el correr de la misma y en ocasiones no llega a lograrse un clima de disponibilidad y empatía.
Muchas veces he tenido entrevistas difíciles y complicadas en donde por ejemplo, los padres cortan la entrevista varias veces para hablar por celular, o como me ha pasado en alguna oportunidad que los padres se pusieron a hablar entre sí en inglés o también, como el escritorio da al espacio verde del Jardín, se levantan para ver a su hijo jugar, por lo cual la entrevista se para y debo esperar un ratito para retomarla; todas estas cosas generan contratransferencialmente ambivalencia, enojo y desazón.
A esto se le suma el cansancio por realizar gran cantidad de entrevistas en un plazo corto de tiempo, lo que significa para mí, acoger un número importante de historias de vida.

Además, hay familias muy difíciles, con historias cargadas de angustia y que movilizan mucho al igual que en la práctica clínica cotidiana. Este es el caso del cual voy a extraer una viñeta clínica que fue la que me hizo pensar en las similitudes entre la técnica de observación de bebes y la primera entrevista en el Jardín.

A través de esta viñeta, ejemplificaré los distintos pasos ya relatados y pondré de manifiesto las dificultades contratransferenciales que pueden presentarse.
MARIANA
Al ingreso al Jardín Mariana tenía 3 años y medio. Es la tercera hija de un matrimonio que tiene 5 hijas que se llevan aproximadamente 18 meses entre sí. Al momento de la entrevista la hija menor tenía un mes y medio.

Previo a la entrevista:
Era una familia conocida por nosotros porque sus dos hermanas mayores habían concurrido al Jardín por espacio de seis meses cada una. La madre es una persona muy distante y con la cual es difícil entablar un rapport afectivo. El padre rara vez concurre al Jardín.
En el período de integración Mariana presentaba conductas preocupantes: no tenía adquirido el lenguaje, gritaba con frecuencia, buscaba desvestirse reiteradamente en el correr de la mañana e insistentemente se envolvía en las cortinas del salón. Por lo cual todos en el Jardín estábamos preocupados por el funcionamiento que ella presentaba.

En la entrevista:
Concurrió solamente la madre, una persona muy concreta y que hablaba con cierta liviandad y despreocupación de la dinámica de su familia.
Sobre Mariana explicó que de beba le costaba dormirse y lloraba, entonces resolvieron sacarla del cuarto de los padres y llevarla a dormir a un cuarto de depósito separado de la casa por un lavadero donde la madre guardaba los rollos de tela que utilizaba en su taller de confección de ropa infantil. La madre relata que allí se calmó (yo pienso, ¿se calmó o no la oyeron llorar?). Entonces la pusieron a dormir en el cuarto con sus hermanas mayores. En ese período la madre hace un arreglo en su casa y trae el taller de confección para un cuarto contiguo a los dormitorios.
Mariana seguía llorando sin parar de noche y como molestaba a sus hermanas decidieron trasladarla al taller. Al hacer este cambio Mariana tenía cerca de un año y medio, la madre cuenta que de noche no se dormía hasta las 3 o 4 de la madrugada y que ella sentía ruidos como que la niña se movía, iba de un lado al otro y de mañana amanecía envuelta en la tela de un rollo. También, agregó que por seguridad le trancaban la puerta para que no anduviera de noche sola por la casa. (Yo no puedo más, siento mucha angustia, pienso en el peligro de que se ahogue con las telas).
En la actualidad continúa durmiendo sola en el taller, sigue con el movimiento previo al dormirse por lo cual le taparon todos los enchufes “por seguridad, mirá si le pasa algo”, y se dormía envuelta en cualquier tela hasta que en el verano empezó a dormirse envuelta en su colcha “duerme toda tapada, si no, no se duerme”.

¿Cómo escuchar y no decir nada?
¿Cómo acompañar gestual y verbalmente este relato?
¿Cómo sintonizar con esta mamá?
¿Cómo no decir nada frente a este relato que era vivenciado por mí como un horror?
¿Cómo no identificarse plenamente con la niña?
Fue todo un desafío.

Posterior a la entrevista:
¿Cómo tratar de que la mamá consulte? ¿Cuál es la mejor manera de lograrlo? Pensamos que para empezar sería mejor que las maestras le hablaran de la necesidad de consulta comenzando por lo fonoaudiológico que era lo más evidente y lo que podía traer menos resistencias, si bien nosotros creíamos que lo más importante era de índole vincular, pero estuvimos pensando en que esta consulta podría servir como puerta de entrada a otros abordajes.
Al mes del ingreso de Mariana al Jardín, las maestras hablan con ella de la necesidad de una consulta y se le hace un informe al pediatra detallando todas las conductas que presentaba en el Jardín. Comienza un tratamiento fonoaudiológico, presenta una pequeña mejoría, parecía estar más en ambiente, dejó de envolverse en las cortinas.
Persiste su resistencia a jugar con otros y continúa desvistiéndose junto con una bajísima tolerancia a la frustración y a los límites.
Pasado dos meses invitamos a los padres a una entrevista conmigo con la idea de hacer una derivación a psiquiatra pediátrica. Los padres no concurrieron porque se olvidaron. A los 15 días de esto en el Jardín se invitaba a los padres de esa clase a compartir con sus hijos una actividad de plástica y música; entonces llamé por teléfono a la madre y coordinamos una nueva entrevista el mismo día de esa actividad, a la cual concurren ambos padres. En dicha entrevista se trabajó la necesidad de la derivación y de comenzar otros tratamientos que la ayuden a superar las dificultades que hoy presenta.
Los padres realizan la consulta con psiquiatra pediátrico quien va a realizar un posterior seguimiento y les dio el pase para un estudio psicomotriz.
Esperamos que estos pasos nos posibiliten llegar al camino de un tratamiento psicoterapéutico para Mariana.


Ahora tenemos una idea de cómo se va organizando el abordaje de Mariana y su familia. Pero, una vez terminada la entrevista mis sentimientos eran muy confusos: sentía enojo y pena con respecto a la madre, y sentía dolor, compasión e impotencia con respecto a la niña.
En un momento de la entrevista inicial la madre me dijo “yo no sé si eso de estar encerrada le pudo haber afectado, no sé todos me dicen que sí, que fue culpa mía, pero ella es distinta y es tan mimosa y además viste lo bonita que es”. Lo bizarro del discurso de la madre estaba siempre presente. Pero, subyacentemente sentía que la madre, a su manera, estaba preocupada y que esta era su forma de cuidarla. Me costó mucho no engancharme con ese comentario y decir definitivamente que para mí, todo esto tenía mucho que ver con el comportamiento actual de Mariana. En cambio, le dije que creía que “nunca nada se da por una cosa sola, es una suma de condiciones pero vamos a ver, vamos a ir conociéndola y después cualquier cosa nos volvemos a reunir y lo conversamos”. ¿Por qué dije esto? Porque me parece importante no decir nada muy definido durante la primera entrevista, aunque yo tenga en mi mente una hipótesis de lo que pueda estar pasando. La utilización de este recurso técnico se basa en que la experiencia me enseñó que apresurarse a responder a los comentarios o preguntas de los padres, muchas veces tiene consecuencias negativas ya que los padres sienten que uno “etiqueta” a sus hijos disponiendo solamente de lo percibido durante el período de adaptación.



Referencias teóricas

Luego de esta entrevista, mis pensamientos me llevaron a la observación de bebés y a las supervisiones de las observaciones durante el curso sobre “Perinatalidad y vínculos tempranos”.
Ahora puedo pensarlo desde conceptos como receptividad psíquica de Houzel y capacidad negativa de Bion y también desde los aportes de E. Bick..

E. Bick al referirse al método de observación de bebés, explica que una de las reglas para el observador es la de solamente estar allí como receptor, de dejarse llenar, derramar en sí.” (Bick, 1964)
Cuando Houzel habla de prestar una atención próxima y minuciosa a la vida del bebe” (Houzel, 1995), yo lo pensaría como un prestar una atención próxima y minuciosa al relato que los padres hacen de su hijo. Asimismo este autor da importancia a la idea de poner en juego dos tipos de atención: conciente e inconsciente. En la atención conciente nuestros sentidos deben estar alertas a lo que se percibe en el bebe y su entorno y en la atención inconsciente debemos estar abiertos a “las comunicaciones implícitas aún sin conocerlas”. Esto puede ser posible si ponemos en juego la receptividad psíquica que según Houzel contiene 3 aspectos que él explica en relación a la observación de bebes pero que extrapolados a este tipo de entrevista serían:
1. Receptividad a nivel perceptivo: estar atentos a los gestos, cambio de tono de los padres en el relato, a las pausas, etc.
2. Receptividad empática y emocional: dejarse impregnar por lo que los padres están trayendo sobre su hijo y sobre ellos mismos.
3. Receptividad inconsciente: poder soportar la experiencia de situaciones que pueden ser a veces extremadamente penosas, angustiantes, irritantes, sin poder tener un a comprensión de ellas y sin entrar en acción.

Siguiendo esta línea de pensamiento nuestra capacidad de acoger una historia tiene que ver con la capacidad negativa de Bion la cual designa “la aptitud de saber tolerar un cierto tiempo el no saber, el no comprender todo, de darse un tiempo de ser impregnado emocionalmente por el material antes de que de alguna manera el sentido emerja de si mismo a su tiempo.(Golse, 2006 )” Bion habla de procurar ir al encuentro del otro “sin deseo y sin memoria”, si bien lo dice en referencia a una postura técnica creo que esto es imposible porque siempre en nuestros abordajes están presentes nuestros anhelos y nuestra historia.

Según Houzel “la presencia de un observador neutro y acogedor puede entonces tener un valor de interpretación latente, confiriendo de alguna manera a los padres el derecho de ser padres, de cuidar de ese niño, permitiéndoles, asimismo, poder utilizar sus potencialidades interactivas eventualmente inhibidas” (Houzel, 2001)


Algunas preguntas para seguir pensando…

¿Estructuración de la parentalidad?
Winnicott nos dice que el unir los diferentes episodios de su jornada sería para el niño el hilo conductor que toma como referencia para construir su existir. Siguiendo esta línea de pensamiento, me pregunto si la entrevista no sería como un hilo conductor que ayuda a sostener, al unir los episodios de la vida del hijo y de ellos como padres en la normalidad. Subrayo aquí la importancia de que estos procesos acompañan la subjetivación y la parentalidad en el desarrollo normal.

Celso Gutfriend decía que la construcción de la parentalidad se da por lo que traen el padre y la madre pero también por lo que dan los grupos sociales. En ese sentido me quedé pensando en que, así como el Jardín de Infantes puede ser un facilitador de la estructuración psíquica del niño, ¿no podrá ser también un facilitador de la estructuración de la parentalidad?

¿Matriz observante?
Creo que la historia de un niño en el Jardín se co-construye entre el niño, los padres, las maestras, los técnicos y la psicóloga; todos estamos activamente implicados en ese transcurrir.
Pienso a la Institución como un soporte no sólo para los niños y sus familias, sino también para el equipo docente y para mí en particular; como un sostén en donde se enmarca la tarea.
G. Haag habla del equipo en las observaciones como una matriz observante, como una psique colectiva. ¿Será posible que la institución en si misma funcione como una matriz que ayuda a observar y a pensar sobre los niños?


Reflexiones finales

Podemos pensar este abordaje como un proceso, no como un trabajo único que se da en una sola entrevista sino como un agente de dinamismo psíquico que se va retomando y retrabajando en el curso del desarrollo del niño y de su tránsito por el Jardín con los aportes de las maestras, los psicomotricistas, la profesora de inglés y el maestro de música.

Este estilo de entrevistas las he llevado a cabo desde hace muchos años en el Jardín. Lo hacía sin conocer en profundidad las causas que me llevaban a utilizar estos recursos técnicos y encontrándome por fuera de referencias teóricas concretas ya que no es una consulta terapéutica, no es una primera entrevista de tratamiento ni es una consulta para ingresar a una institución educativa.
Los autores que reflexionan sobre la observación de bebés me brindan un marco de referencia en donde apoyarme y toda una gama teórica que lo sustenta. Creo que en este tipo de abordajes, lo psicoanalítico está en lo que sustenta este trabajo, en la posición del psicólogo frente a los padres.

Probablemente en el devenir de estos meses, los sentimientos contratransferenciales experimentados en la entrevista inicial relatada, se fueron convirtiendo en un motor de pensamiento y reflexión. Y es así que me encuentro hoy escribiendo este trabajo como una forma de asimilar, de entender y de poner en palabras toda la confusión y el sin sentido que me embargaba.

El pensar en esta viñeta clínica, me ha ayudado a no sentirme atrapada en las telas de cada familia que muchas veces están presentes en nuestra práctica cotidiana. Como vimos con Mariana, hay telas que al envolver atrapan y otras que al envolver sostienen. Creo que la reflexión sobre estos temas se vuelve una de tela segura que al envolvernos nos cobija y nos alienta a pensar juntos sobre nuestro trabajo profesional en la primera infancia.

BIBLIOGRAFIA

GOLSE, B., MISSONIER, S. « Récit, attachement et psychanalyse ». Ed. Erès, France, 2005.

DEBRAY, R. “Os principios das consultas e das terapias dos bebês com distúrbios somáticos. Ed. Artmed, Porto Alegre, 1999.

GUEDENEY, A., LEBOVICI, S. “Intervençoes psicoterápicas pais-bebê”. Ed. Artmed, Porto Alegre, 1999.

KONICHECKIS, A. “Implication affective des professionnels”. Ecole des parents, 3 déc. 1999.

BICK, E. “Notes on infant observation in psycho-analytic training”. The International journal of Psycho-Analysis, 1964.

HOUZEL, D. “Aplicación terapeútica de la observación de lactantes en psiquiatría infantil. Rev. Internacional de observación de lactantes y sus aplicaciones. Vol 2. Fundación Kamala. Buenos Aires, Argentina, Octubre, 2001.

GOLSE, B. “L’Être- bébé”. Ed. Le fil rouge, Paris, 2006.

HAAG, G., HAAG, M. « Un résumé de la méthode d’Esther Bick pour l’observation régulière et prolongée d’un nourrisson dans sa famille ». Colloque de Toulouse, 1994.

MANZANO, J et cols. « Las relaciones precoces entre padres e hijos y sus trastornos ». Ed. Necodisne, Madrid, 2001.

1 comentario:

raul nicolas seoane dijo...

Al margen del estudio publicado, éste es un ejemplo para quienquiera pueda insertar un comentario al pie de un nota, si le parece necesario compartir alguna idea complementaria.